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miércoles, 19 de septiembre de 2018

Ponte en mi lugar, de Sam Hepburn

¡Hola a todos! Hoy les traigo una nueva reseña, casualmente de mi última lectura, que terminé anoche, y que me gustó muchísimo. Fue una grata sorpresa, ya que otros libros que leí de temática similar y de género juvenil, me habían dejado como con ganas. Así que los invito a que sigan leyendo lo que me pareció antes de ir a la librería a buscarlo (o a la biblioteca a pedirlo para que lo compren!).


Título: Ponte en mi lugar
Autora: Sam Hepburn
Año de Publicación: 2015
Páginas: 360
Editorial: Maeva young
ISBN: 978-84-16363-52-0
Sinopsis: Un emocionante thriller sobre qué somos capaces de hacer en una situación límite para proteger a nuestra familia.
Poco después de que la familia de Aliya se instale en Londres, tras su huida de Afganistán, su hermano es acusado de ser un terrorista. Aliya está convencida de su inocencia, pero cuando su amigo Dan, el hijo de un fontanero, encuentra una pistola en el baño de su nueva casa ya no sabe qué pensar. Dan sospecha que la pistola pertenece a su padre, un exconvicto, y permanece en silencio. Juntos deberán desentrañar la verdad para proteger a sus familias.
¡Muchas gracias a Editorial Océano por el ejemplar!

Opinión personal

En los últimos 17 años, luego del atentado a las Torres Gemelas, el odio y el miedo a todo lo que fuera de origen de medio oriente (cultura, religión, y a la misma gente) comenzó a crecer de manera inexplicable, de forma tal que cualquier persona que estuviera aún vagamente relacionada con la zona, recibía odio de manera gratuita. Sólo por portación de cara. Por ser quienes siempre fueron, pagando los platos rotos de gente que odia y es fundamentalista de una religión distorsionada y que se auto impone como superior a otra y capaz de asesinar en nombre de su Dios. Pero no todo musulmán es así, al igual como no todo afgano es Bin Laden, o no todo iraní es Hussein, aunque basta decir la religión o la nacionalidad para que miren de costado y sospechen. Prejuzguen. Y con tanto odio en el mundo... ¿Quién puede decir que no hagan falta historias como estas, que muestren que la nacionalidad no marca quién es uno?
La autora se supo lucir justo en lo que a muchas otras le critiqué: el mantenimiento de los conflictos, de la intriga por lo que podría suceder. Me mantuvo sumamente atrapada, y disfruté mucho como fue fiel a la cultura originaria de la protagonista, usando términos (e incluyéndolos en un glosario atrás, muchas gracias). Me había pasado con Amor, odio y otros filtros que sentí todo el tiempo como que la historia trataba de una adolescente norteamericana que si no fuera por su familia no tendría respeto alguno por su cultura y su identidad, y en este libro me pasó todo lo contrario: era gente que escapó porque no le quedó otra, pero aún así amaba a su país y su cultura, y no tenía vergüenza de quienes eran, aún cuando no hubo trama relacionada a la religión. Sin embargo, no por eso deja de verse el odio en la historia, que tan pronto como se presenta la más leve sospecha, todos dan vuelta la vista u hostigan a aquél que necesita o merece ayuda.
La historia comienza cuando la familia de Aliya se ve obligada a huir de Afganistán. Me gustó que se incluyera esa parte, ya que podemos así conocer la relación de ella con su hermano, el lugar que ocupa en su familia, y como se relacionan con el gobierno británico, que es lo que les permite huir del país. Luego, pasan a todo lo que sucede en Londres, alternando el punto de vista de Aliya con el de Dan, un joven londinense, hijo de un plomero que se ve obligado a ayudarlo en el trabajo, donde termina encontrándose con Aliya. Cuando se complica con la noticia de que Behrouz, el hermano de Aliya, estaba preparando un atentado terrorista, deben unirse para encontrar las herramientas que les permita demostrar su inocencia, de la que ambos están convencidos, Aliya porque es su hermano, y Dan porque sabe más de lo que está dispuesto a compartir.
Aliya es una chica de las muchas que debió crecer demasiado rápido. Cuando comienza la historia, hace un año que perdieron a su padre culpa de los talibanes, y su madre sigue deprimida ante la noticia, por lo que Aliya debe encargarse de su pequeña hermana Mina y de los quehaceres generales de la casa, como cocinar, además de velar por su madre. En Londres no sucede muy diferente, ya que todavía están adaptándose a las nuevas circunstancias. En cuanto a Dan, es un joven normal con una vida bastante cómoda, algo propenso a las actividades ilegales como activar teléfonos robados, pero que quiere mucho a su familia y haría lo que fuera para proteger a su madre de un disgusto. Sin embargo, tiene buenas intenciones y termina arriesgándolo todo por perseguir la verdad para Aliya.
Me gustó bastante el final, y si bien fue bastante abierto, deja abierta la puerta para una secuela, que obviamente leería con mucho gusto, al igual que otros libros por la autora, ya que quedé muy satisfecha con su estilo. Así que sí: super recomendado, una lectura especial para momentos donde el odio parece que tiene una mano ganadora, lo que puede significar prácticamente cualquier momento de la historia de la humanidad. 

Frase preferida

Hay muchas cosas que uno aprende con la edad, querida, especialmente en un trabajo como el mío. Una de las más importantes es que son las obras y no las palabras las que demuestran el valor de una persona. Tú has pasado muchas dificultades: incertidumbre, dolor, miedo, amenazas..., pero te mantuviste leal, seguiste adelante contra toda lógica y arriesgaste la vida para ayudar a alguien a quien querías. Las personas capaces de ese tipo de lealtad desinteresada se pueden contar con los dedos de una mano. Son oro molido, como se suele decir. 

Recomendado

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