
¡Hola a todos! Les traigo una entrada que hace tiempo tenía ganas de hacer, porque es sobre un problema que se me presenta cada vez que termino un libro, a mi y varios lectores, y cada uno tiene su propio método y no se porqué me antojé de compartirles el mío, principalmente porque últimamente siento que soy más consciente del procedimiento de elección, cosa que antes por ahí era más natural y sin tanta vuelta. Sé que no es del tipo de entrada a la que están acostumbrados, pero siento que el blog se está volviendo un poco monótono a tanta reseña y quiero diversificarlo un poco, además que también les va a servir un poco para entender porqué salto de un tema de lectura a otro totalmente diferente, como si estuviera loca. Nunca voy a olvidar lo que una profesora de lengua una vez me dijo "No se puede saltar de Rosa Montero a un escritor uruguayo pseudo argentino". Y acá estoy yo para seguir contradiciéndola y decirle que si, que se puede, y que uno tiene que leer lo que le haga bien. Pero concentrémosnos en el proceso de elección.

Es un momento que normalmente me pone muy tensa, ya que si, por ejemplo, son las 3 de la mañana y yo termino un libro, es muy probable que deambule por toda la pieza buscando en la biblioteca mi próxima lectura, porque sino no puedo dormir. Es como lavarse los dientes: una cosa que debo hacer, sino de seguro pasaré toda la noche durmiendo entrecortado porque las posibilidades para elegir no me dejarán concentrarme. Probablemente sólo me pase a mí, pero, una vez que elijo, leo un capítulo del nuevo libro y luego duermo como un bebé. Al día siguiente ya tengo cierta noción de la nueva historia y puedo sumergirme de lleno, mucho más tranquila, sin perder tiempo en elegir ni nada. Aunque claro, a veces esto falla, principalmente cuando elijo por compromiso, porque pienso "los últimos dos libros que leí no eran de tal editorial, entonces ahora me toca leer de editorial X porque de ellos hace mucho que no leo nada". Un razonamiento medio pobre, pero que pesa a la hora de la elección.
En este último tiempo, de todas formas, he encontrado ciertas pautas que tomo en cuenta para elegir un libro y que esa elección sea exitosa. Obviamente, puede fallar decía Tusam, y a veces pauso lecturas porque una de las pautas, quizás la más importante, cambia y hace que el proceso se vea obsoleto. Es como que cambien las leyes a mitad del juicio.
Mis pautas:
- Estado de ánimo: primero y principal. Mi estado de ánimo ha de ser tenido en cuenta obligatoriamente para elegir una nueva lectura. Sé que si estoy triste o bajoneada debo huirle al realismo, sobre todo aquello donde presiento que voy a llorar o sufrir o alguien se muere. Por este motivo puse en pausa Hacia rutas salvajes, un libro que tenía y tengo muchas ganas de leer, pero que no es sencillamente el momento, ya que me lleva a un modo más introspectivo del que me conviene. Cuando estoy con ese ánimo, lo que más me conviene es la fantasía, o historias que sepa que van a terminar con un final feliz, en especial los middle grade. como George. Las distopías sirven en cualquier estado de ánimo, mientras que los realistas los dejo para cuando me siento bien o cuando me antojo de un libro en particular, como me pasó con Todo todo.
- Facultad: estando tan cerca de la meta es algo que comienza a pesar. Mientras curso, suelo buscar libros más cortos, que no pasen de las 400-500 hojas, principalmente porque sé que me frustro mucho cuando paso mucho tiempo leyendo un libro y siento que no avanzo jamás. Además, me permite poder traer como mínimo una reseña por semana y a veces incluso más.
- Mi lectura anterior: si vengo de leer dos distopías, es probable que busque mutar de género, a algo romántico y un poco más real. Si vengo de fantasía, voy a buscar también algo menos fantasioso, y si vengo de algo romántico, quizás me vaya a un policial o a una distopía. Voy salteando de género en género, buscando que no me suene todo demasiado repetitivo. A veces me siento saturada de un género y por eso huyo a buscar otro, aunque el tiempo para saturarme varía. También, si vengo leyendo una saga y termino uno y tengo en mi poder el siguiente, trato de no leer en continuado, para no aburrirme ni cansarme de la historia.
- Editoriales: si, ya sé que más arriba cuando elijo un libro de una editorial porque me pesan las deudas a veces no me va bien. Pero es que, intentemos clarificar: son libros que pedí porque quería. A veces me pasa que elijo mal yo la lectura, porque tengo otros a veces de la misma editorial que sirven a mis necesidades. Es complejo, pero intento estar al día con todos, aunque a veces no me salga, pero es un motivo que tiene cierta influencia o que sirve a modo de guía para elegir un libro. A veces funciona y a veces no, pero, como cite más arriba... "Puede fallar"
- Consulto: creo que es probablemente lo que menos influye en todo, lo que en este momento me estaría ganando varias puteadas de mis amigos. Lo que sucede es lo siguiente: consulto, pero no por eso dejo de tener en cuenta todo el resto del proceso. A veces hago caso, como con Corona de medianoche que me lo sugirió Fran de Perdido entre los libros. Pero otras... Hago caso omiso y elijo lo que mis ganas me dicen.
Creo que no me olvidé de nada. Esto también sirve para explicar porque muchos libros me esperan sentados en la estantería: a veces, en el momento que los obtengo, me muero de ganas de leerlos, pero justo estoy leyendo otro, entonces, por no engañarlo continúo hasta terminarlo. Cuando lo termino... A veces ya se me fueron las ganas de leer ese otro que me compré por lo que digo que voy a esperar. Sé que no soy a la única que le sucede, así que espero que vengan otros a confesarse, cof cof, Noel, cof cof.
Eso fue todo por hoy. Si les gustó la entrada y les gustaría que la repitiera con algún otro tema, no duden en decírmelo, que voy a intentar complacerlos. ¡Espero que me cuenten su método de selección!